La protagonista de esta historia es una chica de 15 años de Nigeria, el 3 de enero del 2015 consiguió escapar de su aldea, Baga, el el noreste de Nigeria, cuando un grupo de yihadistas de
Boko Haram los saqueó. Los terroristas mataron a cientos de personas, entre ellos los padres de la adolescente.
Consiguió llegar a un campo de desplazados y pensó que ya había pasado lo peor, pero no fue así. Uno de los vigilantes del campamento que se dedicaba a proteger los refugiados y hacer el reparo de comida, la violó. "Él me traía arroz o pasta y dijo que quería casarse conmigo. Pero también me pedía sexo. Yo siempre le decía que era demasiado joven. El día que me violó, me había dado una bebida. Cuando la bebí me quedé dormida", explica la chica.
Después de eso se quedó embarazada y meses después dio a luz. "
Siento pena por el bebé porque no tengo comida ni amor para darle. Creo que morirá", dice.
La historia de esta adolescente es solo una de las muchas que ha publicado Human Rights Watch para denunciar que muchos policías, militares y oficiales del Gobierno nigeriano han violado o abusado de chicas y mujeres que huían de los yihadistas. Huyen de una amenaza terrible para encontrarse con otra igual.
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