En enero del 2015 vieron detrás de un contenedor de basura a
Brock Allen Turner, un nadador de la universidad de Standford
violando a una chica que estaba inconsciente.
Aunque se le acusaba de
3 cargos por acoso sexual, el juez solo lo ha condenado a 6 meses de prisión (y finalmente no irá a prisión, sólo estará en libertad condicional). El juez decidió reducir la condena del chico porque creía que si pasaba más tiempo en prisión eso podía afectar a su rendimiento como nadador profesional (¡wtf!).
En la sentencia final la chica de 23 años ha leído esta carta al chico que la ha violado:
No me conoces pero has estado dentro de mí, por eso estamos hoy aquí. El 17 de enero del 2015 era un sábado tranquilo. Mi padre hizo la cena y me senté en la mesa con mi hermana pequeña. Yo trabajaba a tiempo completo y casi era mi hora de irme a dormir. Había pensado quedarme en casa y ver la televisión mientras mi hermana iba a una fiesta con sus amigos. Entonces, decidí ir con ella, no tenía nada mejor que hacer y pensé ¿por qué no?
Era una fiesta que estaba a 10 minutos de mi casa.
De camino a la fiesta mi hermana
se burló de mí porque yo llevaba un cárdigan a la fiesta, como si fuera una bibliotecaria. Me decía a mí misma la ‘mamá’ porque era la más grande de la fiesta. Estábamos en la fiesta, tomé una bebida alcohólica demasiado rápido y me sentó mal, no sabía que me afectaría tanto.
Lo siguiente que recuerdo es estar en una cama en un pasillo del hospital. Tenía sangre seca en las manos y los codos. Pensaba que tal vez había caído. Estaba muy tranquila y me preguntaba dónde estaba mi hermana.
Entonces
un doctor me dijo que habían abusado de mí. Permanecí tranquila porque creía que se estaba equivocando de persona. Cuando los médicos me dieron permiso para ir al lavabo me bajé los pantalones del hospital y cuando fui a bajarme las bragas no las encontré. Mis bragas, la pieza de ropa que separa mis partes íntimas del exterior, no estaban. Y todo mi interior se silenció. No tengo palabras para explicar esta sensación. Pensé que tal vez la policía se había quedado con mi ropa interior para tener una prueba de mi violación.
Tu abogado dice que nadie puede saber a ciencia cierta cuando perdí yo el conocimiento. Y es cierto, puede que mientras me violabas tuviera los ojos medio abiertos. Pero estaba demasiado borracha para hablar, demasiado borracha para dar mi consentimiento antes de que me tiraras al suelo.
Nunca me tendrías que haber tocado. Has dicho que “en ningún momento vi que ella no estaba consciente. Si hubiera visto que ella no respondía entonces hubiera parado inmediatamente”. Y esta es la cosa: si tu plan era parar solo cuando estuviera inconsciente entonces es que no lo acabas de entender. ¡E igualmente no paraste cuando caí inconsciente! Alguien tuvo que pararte. Dos chicos en bicicleta vieron que yo no me movía y saltaron encima de ti para pararte. ¿Cómo no te ibas a dar cuenta de que yo no estaba bien si estabas encima mío?
Dices que sí hubieras parado. Eso dices... Pero quiero que me expliques como me hubieras ayudado,
quiero saber qué hubiera pasado si aquellos dos chicos no me hubieran encontrado, cómo hubiera acabado la noche. Te estoy preguntando: ¿me habrías puesto las bragas? ¿Me hubieras desenredado el collar que tenía alrededor del cuello? ¿Hubieras cerrado mis piernas? ¿Me hubieras quitado las hojas de pino que había en mi pelo? ¿Me hubieras preguntado si los moratones que me hiciste en el cuello y en el estómago me dolían?
No puedo dormir pensando qué hubiera pasado si no me hubieran encontrado aquellos chicos. ¿Qué me habría pasado? Esta es una pregunta a la que no tienes una buena respuesta.
