Natalie Finn, una chica de 16 años de Iowa (Estados Unidos), llevaba mucho tiempo encerrada en su propia casa junto a sus dos hermanos de 14 y 15 años. Los padres los tenían encerrados, con permanente vigilancia, no les daban ropa limpia, comida ni asistencia médica.
Foto: los padres de los adolescentes.
Los tres estaban en una situación deplorable, malnutridos, deshidratados y a punto de defallecer. Uno de los vecinos ya había avisado a la policía
5 meses antes de la intervención porque había visto a Natalie varias veces con la misma ropa, muy descuidada y que hacía un fuerte olor (se notaba que no se cambiaba de ropa ni se aseaba). Además un día la chica le pidió a escondidas que si le podía dar comida. Los adolescentes no estaban escolarizados.
Cuando llegaron los agentes no podían creer lo mal que estaban los adolescentes, avisaron una ambulancia y se los llevaron al hospital pero Natalie estaba tan mal que acabó muriendo en el hospital de un paro cardíaco.
Los padres están siendo investigados y están acusados de torturar físicamente y psicológicamente a sus hijos, además de ser los responsables de la muerte de Natalie.
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