Una chica se
compró por internet un vestido que le parecía divino. La verdad, en la página web se veía muy "sexy". Estaba impaciente por tenerlo, así que nada más le llegó, se lo probó y la sorpresa que se llevó fue muy, pero que muy desagradable.
El bajón que le dio no era para menos. Madre mía ¡qué cosa tan fea! No se parecía en nada a la fotografía de la página web, estaba
mal diseñado y se le veía todo... sí, lo que parecía en principio una pequeña trasparencia, se convertía en un vestido "too much", demasiado provocativo.
Fue tal la indignación y el malestar que decidió sacarse estas fotos y compartirlas en las redes.
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