Jerika Bolen es una chica de 14 años que vive en Wisconsin, Estados Unidos. Sufre enfermedad genética incurable llamada
Atrofia Muscular Espinal Tipo 2. No existe ninguna cura y tiene que estar 12 horas al día conectada a un respirador artificial, se ha sometido ya a 38 operaciones y sufre fuertes dolores constantemente.
Su vida es una tortura,
por eso ha decidido voluntariamente poner fin a su vida, en agosto desconectará la máquina que la ayuda a respirar.
Su enfermedad va a peor cada día que pasa y
sabe que acabará muriendo, por eso quiere poner fin a su dolor e irse tranquilamente antes de estar agonizando durante meses.
Normalmente los niños que sufren esta enfermedad mueren antes de llegar a la adolescencia pero el caso de Jerika es excepcional, ha llegado a los 14 años gracias a su superación “He seguido adelante. No quería hacer daño a mi madre, no quería hacer daño a mi familia. Quería seguir luchando y luchando. Pero no tengo vida”, ha dicho al diario The Washington Post.
Hay gente que ha criticado a la madre de la chica por dejar que la adolescente ponga punto final a su vida pero ella se defiende diciendo que Jerika es muy madura y que ha tomado la decisión conscientemente y que “
es su cuerpo y es su dolor”.
Pero antes de morir ha cumplido uno de sus sueños: ser la
reina del baile y pasar esa magnífica noche rodeada de sus amigos.
COMENTA: ¿Qué te parece su decisión? ¿Conoces algún caso similar?
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