Una puñalada trapera. Eso es lo que he recibido de parte de las dos personas en las que más confiaba en el mundo.
Cristina y yo llevamos siendo amigas desde que teníamos 7 años (ahora tenemos 17). Han sido 10 años de una gran amistad, siempre hemos estado ahí la una para la otra, incluso en los peores momentos y jamás hubiera pensado que podría hacerme algo como esto. Aún no me lo creo. Pero está hecha una zorra de cuidado, ahora ya lo sé.
Aunque hemos sido amigas toda la vida las dos éramos muy diferentes: yo siempre he sido la típica chica gordita, con algunos problemas de autoestima y buena estudiante (a ver, tampoco es que sea superdotada pero saco buenas notas). Ella normalita pero muy 'echada pá lante', como se suele decir. Durante el instituto empezó a liarse con un montón de tíos mientras que yo aún no había besado a ninguno. Aún así nuestra amistad no se rompió, eramos
como polos opuestos que se necesitaban el uno al otro.
Pero hace 4 meses la situación cambió. A mi me gustaba un chico que va a clase con nosotras, nos gustan las mismas cosas y hablábamos por Whatsapp todo el día.
Hasta que empezamos a salir, primero como amigos y luego como novios. Yo estaba completamente enamorada y creía que él también. Mi primer beso fue con él. Yo quería que fuéramos poco a poco porque para mi todo era nuevo así que le pedí que tuviera un poco de paciencia porque aún no estaba preparada para acostarme con él. Me dijo que no pasaba nada. Y una mierda.
Hace una semana quedé con él y con Cristina para ir a la playa. Tengo que decir que me sentí un poco incómoda cuando nos quedemos en bikini porque ella... Bueno, lo tiene todo en su sitio y los tíos la miran. Pero bueno, como estaba mi novio allí yo me sentía más segura así que no le di más importancia. Después de bañarnos
me fui a tomar el sol mientras que Cristina y mi novio se quedaron en el agua, no paraban de reír y hacerse ahogadillas y yo me alegré de que las dos personas más importantes de mi vida se llevaran tan bien. En serio, si pudiera volver a ese momento me gritaría en la cara:
¡¿Eres imbécil o qué?!
En fin... Volvimos para casa, me despedí de ellos y continuaron los dos juntos porque ellos viven más arriba. Aquella noche no hice nada especial, recuerdo que vi dos capítulos de Modern Family, le envié un Whatsapp a mi novio dándole las buenas noches (vi que no se había vuelto a conectar desde hacía horas pero no me pareció raro) y me dormí.
Al día siguiente fue a casa de él. Estuvimos en su habitación mirando la tele.
Él estaba más cariñoso que de costumbre, no paraba de besarme y intentó que lo hiciéramos. Le dije que quería que la primera vez fuera especial, que podíamos esperar al fin de semana cuando no estuvieran sus padres (a todo esto mientras me sobaba una teta, que cabrón...). Se quedó conforme.
Me dijo que bajaba un momento a la tienda de abajo de su casa a por una botella de agua. Yo, inocente de mi le cogí el móvil para abrir Pokémon Go. Y mientras se me cargaba le llegó un mensaje de Cristina, yo con toda mi buena fe hice eso de bajar el dedo por la pantalla (que así puedes leer el mensaje sin tener que abrir la conversación), suponiendo que le decía de quedar los tres o que preguntaba por mi.
Pero no. No, que va. Era una foto de sus tetas. Sí. Y con el puto mensaje de: ¿quieres más hoy?.
No hace falta que os cuente el resto. Los mandé a los dos a la mierda y en ves de esconderme le fui contando a todo el mundo lo cabrones y salidos que son los dos. Y ahora,
esta carta pienso publicarla en Facebook y podré el enlace en mi Instagram, para que todo el mundo se entere de que palo van esos dos.
Espero que se avergüencen de haber traicionado mis sentimientos, años de amistad y haberme mentido a mis espaldas.
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